
celina
4. miedo: incompatibilidad
Vos me mirás de manera indiferente y decidís que vas a decir “no puedo comprenderte”.
Que yo estoy demente.
¿Y sabés qué es lo que pienso? Que tenés razón, pero entonces parece que una idea aún más descabellada sería que comprendieras las raíces de mi locura.
No me entendés,
quién sabe por qué;
recíproco no es,
yo a vos te entiendo muy bien.

Somos muy diferentes, vos a eso bien lo sabés. Cuando me hablás de enriquecerte en un futuro, yo pienso «¿con qué?, si hoy ya lo tenés». Mientras tanto, mi arte sigue siendo punzante, y aunque me calle, mi silencio sería capaz de enseñarte que cada ola es de otra marea, que en este mundo hay personas que van sin rumbo alguno, que hay ángeles cegados que se acercan despacio hasta que el murmullo humano les hace darse cuenta de que el paraíso podría estar ya olvidado.

Para el día de nuestro funeral, me llevaría caricias, también dolores. Me llevaría mil risas y los sinceros perdones. Aceptaría que el amor que hay entre vos y yo dejará de ser una profecía para ser solamente poesía.

Despacito hay más paz en cada día, y a través de la manifestación artística, pienso aceptar ese tornado.



